martes, 2 de febrero de 2010

CONCLUYENDO LA HISTORIA.

Nadie discute hoy día una frase acuñada y aceptada en todo el mundo ecuestre “ El herraje es un mal necesario”. Esta frase considero que encierra un conformismo que no se justifica con el avance de las ciencias y la tecnología actual. Por ello es que hay quienes siguen en la búsqueda de una alternativa o solución que erradique este antiguo paradigma.

Como la mayoría de las creaciones del ser humano el herraje no cabe duda que fue consecuencia de una necesidad imperiosa de solucionar algún problema asociado a los cascos, lamentablemente a diferencia muchos otros avances en la historia del hombre como ya hemos visto no existe un registro claro y evidente de cuando y por qué se crea la herradura. Si sabemos por lo estudios pertinentes que la herradura esta ausente en todos los escritos sobre el caballo antes de la Edad Media y aparece ya con evidencia sustentable en el periodo de las cruzadas.

En mi opinión la ausencia de registros escritos se debería a que la invención de la herradura esta asociada a la labor de los herreros de la época medieval quienes eran artesanos, artistas forjadores del hierro pero sin mayor educación ni conocimientos de : anatomía equina, biomecánica, patología o histología tisular, no es raro pensar entonces que la escritura no haya sido un elemento común entre ellos para registrar su desarrollo.



Todos los tratamientos usados por los doctores/herreros de caballos de la época medieval no evidencian ningún fundamento científico y solo inflingían miseria a los caballos como se evidencia en numerosos escritos de la época.

Las practicas descritas en los libros antiguos sobre herrajes parecen salidas de un mundo de terror y debieron haber causado muchas mutilaciones e infecciones secundarias a los caballo. Evidencia de esto se encuentra en libros de historia del herraje donde se encuentran citas como ¨……en 1356, el Alcalde de Londres, se vió obligado a reunir a los herreros de la ciudad para crear los “Marshalls de la ciudad de Londres” debido a las numerosas agresiones, lesiones y mutilaciones ocasionados a los caballos por los supuestos herreros de la ciudad y sus alrededores…… ¨, mas posterior encontramos en Abril de 1796 que el comité de oficiales de la caballería inglesa emitió el siguiente reporte: “ .....El consejo habiendo tomado en cuenta la enorme y constante pérdida de caballos de la caballería debido a la total ignorancia de aquellos que tienen el cuidado médico de ellos, como así mismo, la incompetencia de ese departamento al limitar la posibilidad de procurar personas mejor preparadas en el conocimiento del herraje sugiere que el Colegio Veterinario debe realizar un gran esfuerzo para mejorar esta parte esencial del servicio....... No es de extrañar entonces que estas prácticas hayan ido desprestigiando la práctica del herraje a una y otra vez a lo largo del tiempo.

Otro tema polémico son los primeros registros sobre la forma de un buen casco y la angulación de los mismos. Esto se remonta a Simon de Atenas (430AC) y Xenofonte (380AC). Ambos insisten en que no debe existir contacto entre la ranilla (estructura central y posterior del casco) y el suelo. Xenofonte dice “ .... cuando se compra un caballo... lo primero que se debe observar son sus cascos.... Los talones altos, mantienen lo que es llamada ranilla lejos del suelo, en cambio los caballos de casco corto caminan con la parte dura y blanda del casco al mismo tiempo.......”.
No existen cambios frente este argumento por los próximos 2000 años ya que hasta mediados del siglo XVIII todos los autores reconocidos recomiendan un ángulo alto.

En 1664 Solleysel “ ......... advierte enfáticamente que los talones de los pies delanteros no se deben recortar y se deben mantener fuertes...” (Smith 1776,v.1 p.335). Bridges, (1752 ) también dice “ .....un caballo con talones bajos , solo sirve para el arado. Sin embargo a pesar de todo, puede haber sido el primero en hacer una importante observación en que tal vez, los cascos eran demasiado verticales: “Aquellos pies donde el casco es muy alto, los talones fuertes y la ranilla pequeña , no toleraran bien las travesías sobre caminos rocosos y serán mejores para las praderas”.


Luego sucede algo interesante. Lafosse (1754) rompe con más de 2000 años de tradición y experiencias al recomendar todo lo contrario: Un ángulo bajo, herraduras en formas de media luna y presión en la ranilla. Lafosse decía al recomendar su método que “de esta forma se obligaría al caballo a presionar la ranilla, que es el punto de apoyo del tendón flexor”. Estaba equivocado tanto en la teoría como en la práctica. Bracy Clark a pesar de haber leído los estudios de Xenophonte y muchos otros textos históricos que promovían un ángulo alto y sin presión en la ranilla, y a pesar de no tolerar a Coleman , preconizó el contacto de la ranilla con el suelo y por lo tanto un ángulo bajo.



White (1802) es el primero en establecer que el ángulo del casco debería tener un numero específico o grado. En su libro muestra un casco sobrepuesto en un medidor de ángulos con una inclinación exacta de 45 grados, destacando que éste es el ángulo correcto. De aquí en adelante muchos autores, repitieron el mismo error: Goodwin (1820), Hodgson (1849), Herbert ( 1859) and Fitzwygram (1861), cada uno especificaba 45 grados como el ángulo correcto. Es importante hacer notar que ninguno de estos autores era herrero o herrador por lo que es poco probable que alguno haya herrado un caballo alguna vez.
Solo para concluir quedaría claro entonces que por mas de 1800 años de registro del herraje se recomendó un ángulo alto sin presión en la ranilla. Posteriormente por casi dos siglos se recomendó un ángulo bajo con presión en la ranilla.
En los últimos treinta años como resultado de una mayor investigación se inclinó la balanza nuevamente hacia un ángulo alto sin presión en la ranilla, para finalmente en los veinte años más recientes volver a considerar un ángulo bajo con presión en la ranilla pero estas vez sustentado en una mayor evidencia científica junto con un acabado y detallado manejo de las estructuras del casco. Demás esta mencionar que en la actualidad existen diferentes técnicas de herraje, diferentes formas de balance e innumerables técnicas de tratamientos con herrajes correctivos.
No sería correcto culpar de todos los problemas podales del caballo a la Herradura, ya que son muchas las variables involucradas en el correcto funcionameinto de éste, pero por cierta coincidencia cuando esta aparece, también se comienzan a describir problemas que antes no había, algunos diran que antes no se investigaron, o tal vez no quedaron registros, en realidad no es lo importante ya que esta sección no pretende criticar ni juzgar el herraje tradicional bien realizado.
Sin embargo si pudieramos representar la historia del herraje en un reloj de 24 Hrs. solamente la última media hora representaría el periodo de investigación y avance real en este tema. Por lo tanto estamos recien comenzando a entender lo que dimos por cierto durante siglos.
CENTRO DE REHABILITACION DEL CASCO EQUINO.

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